VIvir solo cuesta vida, reza un verso de uno de los temas de Los redonditos de ricota. Y disfrutar de los espacios públicos es gratis, añadiría otra voz. En tiempos en que la economía obliga a reducir el consumo y el nivel de vida, se imponen las alternativas para gozar de los placeres posibles de la existencia.
De cosas simples, triviales, cotidianas, banales tal vez, pero que aportan a oxigenar el cuerpo y la mente. Despejarse caminando con amigos, ver pasar la tarde en una ronda de mates, compartir un rato en un paseo público con las mascotas, o mejorar la condición física con caminata o jogging son otras tantas posibilidades a disposición de los vecinos durante todo el año. Para ello, allí están las hermosas plazas, patrimonio de todos los paranaenses, como la Sáez Peña que cada jornada convoca a centenares de paseantes por su amplitud y belleza.