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Pobres criaturas, la nueva desmesura de Lánthimos

Pobres criaturas, la última producción de Lánthimos, ha recibido decenas de premios.

El griego Yorgos Lánthimos es uno de los directores que vienen desarrollando una trayectoria con manifiesta identidad, auténticamente originales, estéticamente creativos y artísticamente brillantes. Estos méritos se aprecian en la última de sus películas, Pobres criaturas.

Gustavo Labriola

Especial para EL DIARIO

En una somera aproximación y circunscribiéndonos a los directores europeos que comparten generación y madurez creativa, y han recibido la valoración positiva de la crítica, podemos mencionar a Xavier Dolan, Christian Petzold, Francois Ozon y Yorgos Lánthimos.

Yorgos (Giórgos) Lánthimos nació en Atenas, el 27 de mayo de 1973. Ha construido una carrera en función de una particular visión de la sociedad y del hombre incurso en ella, impregnada de surrealismo, alienación y espíritu crítico.

Lánthimos es un director que se posiciona en una visión de una sociedad contemporánea posmoderna con su discurso o relato particular, donde el hombre se percibe y, en parte, se reconoce con una identidad confusa o directamente privado de identidad. A la vez que alienado, está sujeto a relaciones fútiles, efímeras, inconsistentes y con una enorme dosis de incomunicación derivada de la falta de interrelación social.

Sumido también, por igual razón, en un control social concebido por el poder que lo lleva a un individualismo y le genera insatisfacción en un sistema económico que, por otra parte, incita a un consumo superficial y desenfrenado.

Para evidenciar su peculiar punto de vista, Lánthimos incurre en metáforas y en una desmesura visual, temática y artística, combinada con un surrealismo que tiñe de exceso y desenfreno arriesgado sus filmes. Su cine puede parecer a simple vista irracional o hasta grotesco, pero bajo sus guiones con sus dosis de cinismo y ascetismo, se perciben retratos absolutamente reconocibles y paradójicos de la sociedad contemporánea, con sus desigualdades, injusticias y deshumanizaciones.

Repaso

Su primer largometraje fue Canino (2009) que lo instaló rápidamente en el universo del cine de autor. Con ese filme ganó el prestigioso Premio Una cierta mirada, del Festival de Cannes; y el Premio Ciudadano Kane y Jurado Joven, en el Festival Internacional de Cine de Sitges.

Canino es la historia de una familia represiva que decide criar a sus tres hijos en un ámbito cerrado, de manera casi infantil y aislados del exterior, al que desconocen. Los padres asignan nombres falsos a los objetos y, engañosamente, instauran relaciones inexistentes, como que Frank Sinatra es el abuelo de los chicos, instalando, por otra parte, competencias lúdicas con una marcada intención de dominación y perturbado control, teñido con una elevada dosis de humor negro.

En 2011, realizó Alps, que trata sobre el duelo y en la cual un grupo ofrece consuelo a personas que han perdido seres queridos, sustituyendo a los fallecidos. Por un lado, es una aproximación a la desesperada incapacidad de aceptar lo inevitable, la falta de aceptación de la realidad y por otro el reemplazo en la relación entre los deudos y sus muertos. Ese reemplazo consentido se presenta desangelado, pues pareciera que se ha producido la pérdida de una costumbre más que de una persona.

Por lo tanto, los protagonistas (una enfermera, un paramédico, una gimnasta y un entrenador), al procurar representar el rol de otra persona, desnudan su falta de identidad personal, son no-personas, un rostro que semeja imaginativamente al de otro. El filme obtuvo el premio al mejor Guion en el Festival de Venecia.

El prestigio que fue consiguiendo Lánthimos le permitió contar con actores y actrices de relevancia internacional para su siguiente película, Langosta (2015). Colin Farrel y Rachel Weisz son los principales intérpretes de esa comedia negra, donde desarrolla una profunda ironía sobre las relaciones, en un universo de sentimientos desapasionados. Los solteros, convocados en un hotel, son inicialmente despojados de sus efectos personales, su ropa y su identidad; deben conseguir pareja en 45 días o serán convertidos en un animal. Hay dóciles que no escapan a su destino y rebeldes que intentan resistir.

Estilos

Lánthimos, siempre con humor negro y dosis de surrealismo, entrega una amarga radiografía de una sociedad desequilibrada y presa del consumo y el marketing. En su cuestionamiento de las relaciones sociales, pone nuevamente el foco en la crisis contemporánea de la pareja y la familia. A propósito, ha expresado: “La idea para esta película nació de la observación de cómo las personas sienten la continua necesidad de tener una relación amorosa; de la forma en que la gente ve a quienes están solteros; del fracaso que supone el no conseguir estar con nadie; de las cosas que las personas están dispuestas a hacer para estar con alguien; del miedo; y de todas las cosas que nos suceden cuando intentamos encontrar pareja”. La película fue nominada a la Palma de Oro en Cannes y Lánthimos fue nominado al Óscar al Mejor Guion Original, que finalmente obtuvo Kenneth Lonergan por Manchester frente al mar.

En su siguiente filme, El sacrificio del ciervo sagrado (2017), recurre nuevamente a Colin Farrel. En este caso en el papel de un cirujano, Steven, casado con Anna (Nicole Kidman) y con dos hijos. Su idílica vida se ve convulsionada con la aparición de un adolescente huérfano. Una perversa decisión se tiene que tomar en el marco de esa familia; el padre debe sacrificar a uno de los integrantes de la misma para salvar la vida de otro. A partir de allí florece un indisimulado individualismo, una disputa desamorada, una anestesia sentimental de “sálvese, individualmente, quien pueda”, lo que Lánthimos utiliza para presentar una sociedad que se maneja con esos mismos criterios. La película obtuvo el premio al Mejor Guion en el Festival de Cannes.

Al año siguiente, Lánthimos realiza La Favorita (2018). Es la historia de la reina Anna de Inglaterra, la última monarca de los Estuardo (Olivia Colman), en el final del siglo XVII y los comienzos del siguiente y la relación íntima y dependiente que se establece con Abigail Hill, luego baronesa de Masham (Emma Stone) que actuando como sirvienta se convierte en la favorita de la reina. Se suma como tercera, Sarah Churchill, duquesa de Marlborough (Rachel Weisz), dama de compañía de Anna, que queda al margen de la relación entre las otras dos en virtud de la manipulación que ejerce Abigail, en una pertinaz intriga palaciega por la cual la timorata y dubitativa reina descansa en la epidérmica vinculación que tiene con su sierva. No deja de ser también una erótica relación entre mujeres que, más allá de la sumisión de Anna, es desafiante para la época.

La utilización de escasa luminosidad, más afecta a la contemporaneidad de la acción, los lentes angulares “ojo de pez” deformantes y el laberíntico deambular de los personajes en el palacio por pasadizos secretos y corredores infinitos le imprimen a la obra una sensación de encierro y aislamiento que también se traduce en las decisiones reales con marcado desdén del destino de la sociedad.

La película tuvo diez nominaciones al Óscar de la Academia, incluyendo la de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz de Reparto para Emma Stone; y obtuvo el Premio a la Mejor Actriz por la extraordinaria actuación de Olivia Colman.

En cartelera

Su realización más reciente, Pobres criaturas (2023) lo muestra en una madurez creativa que le permite disponer creativamente de una fábula negra, un cuento de hadas pérfido, un despliegue de sensaciones y emociones que, con su participar sentido moral, no escapa de su habitual crítica social.

Este filme está basado en un libro homónimo del escritor y pintor escocés Alasdair Gray, publicado en 1992, que se ha transformado en una obra de culto. Gray se ha reconocido como nacionalista escocés y republicano y ha transitado la fantasía y la ciencia ficción, obteniendo con este libro, los premios Whitbread Fiction y el Guardian de Ficción. Este premio era concedido por el periódico The Guardian de Inglaterra y, hasta 1998, premió anualmente a libros de reconocidos escritores como John Berger, Neil Jordan, John Banville, J. G. Ballard y Peter Ackrod. A partir de 1999, el premio se transformó en Premio Guardian al Primer Libro, galardonando a la primera obra de un escritor, tanto de ficción como de no ficción.

Pobres criaturas, con guion de Tony McNamara, es la historia de Bella Baxter (Emma Stone) una suicida embarazada cuyo cuerpo, por el experimento de un científico delirante y genial (William Defoe) es traído nuevamente a la vida y recibe el cerebro de su propio bebé nonato. El científico, al que Bella reconoce como un padre o un dios (derivado de su apellido Godwin, y al que le llama God) pretende tenerla bajo su control. En cambio, Bella redescubre el lenguaje, las relaciones humanas y el sexo, que desarrolla con desesperante y desvergonzada avidez, en un encantamiento inicial y una liberación posterior con un disfrute pertinaz, que le imprime identidad.

Se lanza a recorrer el mundo, vinculándose con un abogado millonario, presumido y arrogante (Mark Rufalo) que termina dominado, humillado y destruido por el exceso de frenetismo que le imprime Bella a la relación. Más tarde, utilizará su magnetismo y apetencia sexual para independizarse y enriquecerse.

Respecto a ello, el director ha dicho que “es básicamente una historia sobre la libertad de una mujer en la sociedad”. Por otra parte, Emma Stone afirmó en declaraciones que “Bella no tiene vergüenza, ni traumas, ni siquiera tiene un pasado”. Y Dafoe, agrega que “trata del desarrollo y la liberación de una mujer que se cría en una sociedad machista muy represiva”.

Componentes

Lánthimos es un perfeccionista de la desmesura, dicho esto en el sentido que desarrolla David Oubiña en “Filmología. Ensayos sobre el cine”, cuando habla de la “poesía de la desmesura: en las que el gesto excesivo del estilo se constituye en un punto de no retorno”. Y la desmesura, el surrealismo y el delirio son componentes inescindibles en Pobres criaturas. Los grandes, suntuosos y artísticos decorados, con una estética gótica, barroca y futurista -en parte, recorridos con el angular “ojo de pez”, con un gran trabajo de fotografía de Robbie Ryan-, son ambientados en la época victoriana con un toque bizarro, pero rescatando la sofisticación y lujo de vestuarios acordes.

La película, al día de hoy, ha obtenido casi 90 premios. Entre ellos, el de Mejor Actriz para Emma Stone, en el BAFTA, en el Golden Globe, el de los críticos de Chicago, San Diego y Londres; y el de Mejor Película y Director en el Festival de Venecia. Por otra parte, tiene 11 nominaciones al Óscar de la Academia, entre los que se destacan el de Mejor Película, Director, Actriz, Actor de Reparto, Guion Adaptado, Maquillaje y Fotografía.

Pobres criaturas es una invitación a disfrutar del cine como instrumento del arte más depurado, controvertido y sensual.

Lánthimos no deja de ser el feroz crítico y satírico que exhibe las miserias y la maldad humana y por lo cual ha forjado una carrera particular y reconocible, pero con esta obra nos acerca a una valoración de la mujer, de la libertad, de la identidad y del goce por encima de cualquier experimento que busque dominar o esclavizar al ser humano.

Lánthimos es una estrella con luz propia dentro del cine contemporáneo.

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