La madre que te parió, unipersonal protagonizado por Melina Forte, con dirección y puesta en escena de Gustavo Bendersky se presenta este sábado a las 21 en Casa Boulevard/Sala Metamorfosis (Ituzaingó 80). La puesta plantea una reflexión sobre la maternidad.
REDACCIÓN EL DIARIO
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La maternidad “como concepto, como vivencia, como mandato, como axioma, como punto de partida y también de arribo”, es el planteo sobre el que se desarrolla La madre que te parió. El unipersonal, protagonizado por Melina Forte, con dirección de Gustavo Bendersky, y diseño de vestuario de Eva De Bartolo, regresa a escena este sábado a las 21 en Casa Boulevard (Ituzaingó 80).
Para Melina Forte, protagonista de este espectáculo que integra teatro, danza y narración, “la maternidad se nos aparece como una complejidad a la que no es posible abordarla sino es desde simultáneos y a veces contradictorios puntos de vista.”
De este modo, La madre que te parió concreta un recorrido “por diversas maternidades y no-maternidades”. La obra “formula preguntas acerca de frustraciones, sometimientos y elecciones sobre nuestros cuerpos y nuestras propias vidas, esforzando un intento –que a veces no llega ni a ser- por salir de lo aprehendido”, expresó la actriz a EL DIARIO.
“En estos seis años de vida del espectáculo hemos podido profundizar tanto en la temática como en aspectos técnicos de la obra”, añadió la artista, para quien la obra tiene la ventaja de conservar el diálogo y ensayos permanentes con el director. “Para un unipersonal considero esa posibilidad muy importante, ya que el ensayo en soledad puede acarrear vicios propios del oficio que no ayudan al crecimiento de la obra. En este caso, ese diálogo ha posibilitado un gran desarrollo y avances en el material es escénico a través de los años”, señala sobre la reposición del trabajo que comenzó a andar en 2018 y que en la función de este sábado tendrá una entrada general de $ 3000 (Reservas al 11 6549 3716 – WhatsApp o mail [email protected])
Para Melina Forte, la puesta contiene un mensaje pleno de contemporaneidad. “En este momento la temática de la obra vuelve a actualizarse. Ya que hoy se ponen en discusión nuevamente ciertos derechos que habían sido adquiridos. El espectáculo habla sobre las diversas posibilidades de maternar, o no hacerlo, ya que pretende instalar preguntas sobre tradiciones y mandatos. Siempre considerando que la opción de hacerlo y cómo hacerlo no es única, sino pensando en múltiples modos de encarar la maternidad. Considero que en este momento es de suma importancia exponer este tipo de temáticas para poder ser conscientes como sociedad del derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos.”
Durante el recorrido de La madre que te parió, “me he encontrado con muchas personas que resonaron con algunas de las historias que el espectáculo cuenta, ha sido material de debate en diversos ciclos en torno al 8M y creo que el hecho de que se puedan generar estas acciones es sumamente importante. Que podamos repensarnos constantemente, tanto las personas con posibilidad de gestar como aquellas que no.”
FUENTES
La inspiración de este trabajo es la obra de teatro Yerma, de Federico García Lorca, que se enfoca en la historia de una mujer que no puede ser madre. En ese sentido, la protagonista confía que “Yerma desnuda muchos sentimientos y pensamientos que personalmente me han atravesado sobre los mandatos que crecen en torno a la maternidad.”
Fue a partir de esa historia que comenzó su investigación sobre mitos y cuentos populares referidos a la maternidad. “Con el director nos interesaba justamente trabajar una imagen más amplia sobre este tema, una especie de caleidoscopio de maternidades. Preguntarnos ¿Qué es ser una “buena” o “mala” madre? ¿Hay acaso “buenas y “malas” madres? ¿Cuánto hay de elección en el deseo de ser madre? ¿Cómo viven la maternidad la mayoría de las personas que lo hacen?”.
Nos encontramos con muchas historias sobre el tema que abrieron otras preguntas, respondieron algunas y nos ayudaron a componer este abanico de posibles madres.
Con respecto a las técnicas utilizadas, en principio tiene que ver con mi formación en danza, teatro y mimo corporal. Pero más allá de eso, durante el proceso de creación, llegamos a la conclusión de que cada historia que se cuenta en el espectáculo tiene su modo de mostrarse, porque cada madre es única y tiene su modo de hacer las cosas, y eso es lo que intentamos reflejar en la escena. Diferentes modos de narrar para diferentes historias.
CRECIMIENTO
-Melina ¿en qué ha aportado este trabajo a tu crecimiento en lo profesional y humano, en tu comprensión de la maternidad?
-Si bien todos los espectáculos suponen -al menos para mí – un crecimiento en muchos aspectos, en lo que se refiere a lo profesional éste significó un gran crecimiento por la mixtura de lenguajes escénicos y la investigación realizada para la dramaturgia. Me ayudó a amalgamar una inquietud muy personal con un trabajo escénico. Y al ser un unipersonal, el trabajo se tornó muy profundo, la responsabilidad en la escena es mayor, obviamente.
Si bien, trabajé y trabajo en otros unipersonales, La madre que te parió en particular requiere de una energía, concentración y entrenamiento escénico que en otros espectáculos no he desarrollado. En ese sentido, he avanzado mucho con respecto al trabajo escénico.
En lo humano, esta obra en particular me acercó a públicos que no hubiera pensado. Me puso en diálogo con historias reales de mujeres y hombres sobre sus propias experiencias, muy diferentes a la mía, y ese intercambio siempre es enriquecedor. Colabora a tener mucha más empatía y conocimiento de quienes nos rodean.
Al mismo tiempo, genera un círculo virtuoso: la obra resuena en una persona que me hace su devolución, que me resuena y atraviesa a mí y eso se refleja en la obra.
