sábado , 23 noviembre 2024
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Gabi Zonis: creatividad a flor de piel

Gabriela Zonis. Foto: Juliana Faggi
Gabriela Zonis. Foto: Juliana Faggi
Gabriela Zonis. Foto: Juliana Faggi
Gabriela Zonis. Foto: Juliana Faggi
Gabriela Zonis. Foto: Juliana Faggi
Gabriela Zonis. Foto: Juliana Faggi
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Gabriela Zonis. Foto: Juliana Faggi
Gabriela Zonis. Foto: Juliana Faggi
La paranaense Gabriela Zonis es actriz, cantante, compositora, rapera y docente. En la adolescencia incursionó en el teatro y tendió nuevos caminos artísticos. La improvisación y la rima la llevaron a destacarse en el freestyle. Sus ocurrencias, la creatividad y el talento que vuelca en sus personajes son suficientes para que brille en distintos escenarios. 

Desopilante, creativa, talentosa, una profesional de la escena. Gabriela Zonis es actriz, cantante, compositora, rapera y docente. Sus primeros pasos artísticos los dio cuando cursaba la escuela secundaria y volcaba su energía y sus ocurrencias en Los Macanos Borondongos, junto a su hermana Natalia, haciendo espectáculos callejeros con tambores y malabares circenses. Vivió en Buenos Aires, y se graduó como Licenciada en Actuación y amplió sus horizontes. La imaginación y la rima la llevaron al mundo del freestyle y es una de las referentes femeninas más destacadas de la región. Retornó a la capital provincial hace seis años y no ha parado de crecer artísticamente. En su carrera se destaca la labor que ejerció en barrios marginales de la ciudad con talleres de rap, donde brindó herramientas para que los jóvenes puedan expresarse a través de frases con ritmo. Por la versatilidad de sus personajes y los diferentes roles que sabe ocupar con méritos, se la puede ver en distintos espacios. En diálogo con BIEN! dijo: “Quiero que los chicos y las chicas tengan la posibilidad de verbalizar y exteriorizar lo que les pasa. Pero también quiero que creen un mensaje, que generen una identidad”. 

—¿Cómo llegás al mundo artístico?

—Desde la secundaria teníamos un grupo de circo que hacíamos espectáculos callejeros, privados que se llamaba los Macanos Borondongos. Los Macanos surge porque con mi hermana teníamos un nivel de energía muy elevado y andábamos por toda la ciudad con tambores, malabares, fuego, tela, acrobacias. Nos pusieron Las hermanas Macana, —confió entre risas. Después se amó un proyecto con mucha gente de acá, que hoy son referentes del circo, que tienen escuelas de teatro, que están en la Escuela Municipal de Circo, colegas con los que celebro haberme reencontrado en mi retorno a Paraná. Ellos construyeron la identidad teatral y cirquera de la ciudad, y eso me encanta. 

—Te formaste en Buenos Aires y a la par llevaste adelante tu desarrollo artístico…

— Apenas terminé la escuela, me fui a vivir a Buenos Aires, a estudiar la carrera de actriz en el IUNA, que ahora es UNA, Universidad Nacional de Artes. Y seguí allí por catorce años, a la par desarrollé mi ser actriz, mi ser cantante, compositora y rapera porque me desempeñaba directamente en el rap, la rima y la improvisación rapeada. Y ahí lo que me pasó fue muy lindo porque conocí la autogestión. A los 19 años, empecé a trabajar en unos teatros como acomodadora, luego de boletera, y después ya quedé como encargada del equipo completo de los teatros donde trabajaba. Fue una hermosa experiencia con un productor de Bahía Blanca, Daniel Randazzo, de quien siempre digo que me apadrinó. Siempre remarco que la carrera de teatro tiene sus herramientas, como las tienen las carreras de músico, de artista, de rapera, pero la autogestión y la producción se aprende con experiencia. Y esos años en los teatros me enseñaron la parte de producción, contable y la autogestión, tan necesarias para desarrollar mis actividades artísticas y generar un salario.

—¿Cómo se te dio por el rap? 

—Creo que como tocaba tambores, tenía la habilidad de la percusión, de lo sonoro, de lo melódico. Creo que empecé con el como un juego, siempre la rima fue un juego para mí. En el 2006 empiezo a jugar, a rimar a mis personajes de clown, a mis personajes de obras de teatro. Los clásicos del teatro eran en rima, eran diálogos en rima. Entonces, rimar se me volvió habitual.  Empecé darme cuenta que podía contar mi historia o hacer catarsis a través de la rima, y después arranqué a componer con productores, a armar las pistas.

—No había muchas mujeres rapeando en ese entonces, ¿quiénes fueron tus referentes?

—Exacto, eran muy pocas las mujeres que rapeaban. Las referentes que yo tenía eran Actitud María Marta, Alika, no muchas más. Después surgimos generacionalmente Miss Bolivia, Sara Hebe, Fémina, Las Carmelitas, que fue una banda de rap que tuve en Buenos Aires por muchos años y con la que realmente, nos fue muy bien. A mí me hizo madurar en materia de un crecimiento escénico diferente a lo teatral. Tocábamos re seguido, casi todos los fines de semana en escenarios muy grandes de Buenos Aires, como La Trastienda, el Konex, el teatro ND Ateneo, Group, Palermo Club, Niceto, Roxy, en lugares emblemáticos y eso fue muy lindo.

—Presentás un rap que no es agresivo, ¿cómo lo definirías?

—Sostengo un rap como canción, fusionado, no es agresivo y combativo, siempre fue catártico, autobiográfico, que hace reír y con ritmos como la cumbia, el funky, el reggae, el reguetón, el soul, géneros que sean agradables al oído, sin ser agresivos y de confrontar. No es de protesta, manifiesta mi experiencia de vida.

—El rap ha sido muy bien recibido en la sociedad…

—Mirá, yo vuelvo yo vuelvo a Paraná hace seis años con mi niña Luna, que era bebé. Llegué y pensé que lo teatral iba a ser más imponente, pero creo que el rap fue lo que a mí me abrió las puertas, porque directamente empecé a trabajar en territorio, en Puerto Viejo y en otros barrios. Me convocaban para dar talleres por situaciones de emergencia social, donde el rap era la herramienta para que los chicos y las chicas de los barrios puedan contar su historia o aliviar su vida. Después, institucionalmente, empecé a trabajar en otros ambientes, en la universidad, en la UNER con talleres, con intervenciones, en la Uader con talleres de extensión. Además, en el Centro de Mediación de la ciudad y han sido jornadas muy divertidas. 

—¿Cómo fue la experiencia de trabajar en los barrios de la ciudad?

—Fue muy fuerte, yo creo que no me la esperaba. Primero, tuve que acomodar mi vida y mi profesión a una idiosincrasia muy diferente a la de Buenos Aires. Mis experiencias como tallerista de teatro y de rap en Buenos Aires eran diferentes, la calidad humana y los conflictos son diferentes, allá sos anónimo y acá no. Había situaciones de completa opresión por sobre sectores de nuestra ciudad, que sigue legitimando algo de esos barrios, de esos límites, de esos terrenos. Y entonces, cada vez que iba a algún barrio a dar un taller, los gurises tomaban el nombre del barrio como escudo y era la fortaleza para los pibes y las pibas. Conocí realidades muy heavy, y a la vez tuve que aprender a preservarme porque hay un trabajo que requiere de las profesionales de la salud mental o de las trabajadoras sociales, y yo no tengo las herramientas. Siempre se armó equipo de trabajo y nunca estuve sola porque no hubiera podido afrontar las realidades que te cuentan los gurises. Me agarraba laringitis por las angustias de escuchar situaciones que uno no puede solucionar, me contagiaba todos los piojos del barrio, todas las gastroenteritis, pero fue una experiencia espectacular. 

Charla TEDx

En 2019, Gabi Zonis fue protagonista de una charla TEDx Puerto Sánchez, “¿Cuál es tu rima?”. “Mi charla TEDx habla de la rima como forma de vida, por la improvisación cotidiana, por la creatividad a la hora de resolver lo que nos pasa en el día a día, y también por la experiencia de los barrios. En la charla, rapeo una parte donde cuento brevemente lo que pasaba con las mujeres, con los niños, lo que pasó con la ola de suicidio adolescente por lo cual me convocan en 2018 en Puerto Viejo, y fue muy fuerte. El rap y fui yo fuimos un agente muy importante. Lo hicimos hasta que vino la pandemia y se trató de adaptarlo al aire libre pero teníamos muchas limitaciones y se apagó. En Puerto Viejo en los últimos años, teníamos muchas creaciones, teníamos banderas, remeras, gorras, equipos de sonido, un escenario de vinilo. Teníamos intervenciones para el Ministerio de Salud, para Desarrollo Social, en otros barrios, organizábamos competencias de freestyle, hicimos un montón de cosas”, contó Zonis. 

Luego remarcó que “el rap es una gran herramienta porque es discursiva. Pero defiendo la herramienta del teatro porque no todos tenemos la habilidad de la palabra, pero sí todos tenemos nuestra existencia y nuestra presencia, y el teatro trabaja con la existencia y la presencia. Entonces, si alguien me pregunta no elijo una u otra, pero defiendo mucho el teatro en este momento del del año y del país. El teatro nos permite vivir otros mundos y otras realidades, y eso es muy lindo”.

Objetivos

“Tengo un deseo de expansión, no de expansión como se entiende hoy por la cantidad de gente que te sigue en redes, que te pone te gusta, que te mira en YouTube. La expansión de que la energía que tengo disponible para brindar en todos mis roles que llegue a la mayor cantidad de gente posible, que sea con felicidad, con bienestar y esperanza, tan necesario en estos tiempos”, anheló Gabriela Zonis.

Maternar a la par

Gabi es mamá de Luna, de 6 años. “La maternidad cambió todo. Primero, el miedo de creer que no vas a poder y que vas a tener que acomodarte a otras estructuras. Mi hija nació en Buenos Aires, después vinimos a Paraná por una situación personal. Y estaba el temor de creer que una va a tener que limitar todo lo que construyó hasta el momento en el que nace el hijo o la hija, que va a pasar a ser el centro y la responsabilidad absoluta de toda mi energía, de todo. Y fue completamente, diferente porque frente a mi miedo, el nacimiento de mi hija y el desarrollo de estos seis años fue a la par de mi crecimiento como mujer, como mamá, donde tenés que ir creciendo con la criatura. Entonces, ahí hay un lenguaje nuevo también como mamá, y un gran cambio. Vi un posteo hermoso por el Día de la Mujer de una página militante de Mujeres que no fueron tapa y decía: ‘que toda transformación sea para potenciar la creatividad de la mujer’. Me encantó porque una tiene ese miedito de que se te vaya la creatividad por la rutina y el cansancio”, expresó Zonis. 

Luego agregó que “la experiencia de la maternidad y mi niña están en mi contenido, en mis canciones”.

Breve bio

Gabriela Zonis nació en Paraná, el 13 de febrero de 1988. Es hija de Simón “Monchi” Zonis (narrador) y de Marcela Haiek (abogada). Tiene una hermana mayor, Natalia. Soltera y mamá de Luna, de 6 años.

Cursó la escuela primaria en la Centenario y la secundaria en el Colegio Nacional. Estudió formación teatral en la Escuela de Música, Danza y Teatro, Constancio Carminio. 

Es Licenciada en Actuación, actriz nacional, egresada de la IUNA, Universidad Nacional de las Artes en Buenos Aires. 

Hobby: Lecturas de autoayuda, pintura, juegos de mesa, cocinar, mirar series o películas que no simulen la realidad y caminatas.

Actualmente, es docente de la Uader, del Profesorado de Teatro. Conduce y anima eventos, participa en el programa radial “Veníamos bien” por Vorterix junto a Damián Malatesta y Nacho Koornstra. Además produce contenidos para redes sociales.

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