Los enlaces entre trayectorias escolares, formación de ciudadanía, procesos de desarrollo social y arraigo e identidad familiar y comunitaria son abordados por la Magister Elizabeth Weinzettel, en un trabajo de reciente publicación. La docente enfoca estos temas a partir del análisis del proceso en la escuela de Colonia Merou (Departamento Paraná), entre 1938 y 2015.
La escuela pública es el centro de la vida comunitaria en muchas zonas rurales de la provincia. “Allí se enseña y se aprende, se celebra y se juega, se trazan los caminos del futuro y se proyectan nuevos horizontes”, asevera Elizabeth Weinzettel. La escuela pública “es el espacio por excelencia donde Estado y Sociedad se unen para garantizar los derechos inalienables de las infancias y adolescentes en zonas alejadas del radio urbano”, agrega la docente, egresada de la Maestría en Desarrollo y Educación Rural que se dicta por un acuerdo entre las facultades de Ciencias de la Educación y Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y la Regional Paraná del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Para la autora, que el jueves presentó su libro Trayectorias escolares en la ruralidad. El caso de la escuela de Colonia Merou (Entre Ríos). 1938-2015, “cuando una escuela se cierra y se hace tapera, con ello hay un pueblo al que se le abandonan sus sueños y oportunidades de crecimiento”.
El volumen, publicado por Editorial La Colmena, en su Colección Educativa, es fruto del trabajo que Weinzettel -docente de la Facultad de Gestión de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) y en otros niveles y modalidades de enseñanza- realizó para obtener su título de Magister en Educación y Desarrollo Rural.
En sus páginas el lector puede conocer y comprender la historia de Colonia Merou -población del Departamento Paraná- desde su fundación a partir de la voz de sus protagonistas. En ese trayecto, quedan al descubierto el complejo entramado entre el desarrollo productivo, la vida social y la historia educativa de la localidad.
El trabajo de Weinzettel, invita a reflexionar sobre educación y ruralidad; la praxis en las aulas con multigrado y multinivel; y las concepciones pedagógicas que subyacen junto a las demandas actuales de una sociedad ligada profundamente a la cultura y valores que caracterizan a los pobladores del lugar.
“Uno de los aspectos que quise profundizar al realizar este trabajo fue avanzar en la comprensión de la articulación entre los saberes locales y los que determina el Estado a través de sus propuestas curriculares. El objetivo que me impulsa es aportar al desarrollo de los pueblos de nuestra patria profunda”, destacó la docente en una entrevista con EL DIARIO.
PRIMEROS PASOS
-¿Cómo se vinculó con la temática de trayectorias escolares en la ruralidad, que aborda en este libro dedicado a colonia Merou?
-Fue a partir de la maestría en la UNER, que se dicta por un convenio entre las facultades de Educación e Ingeniería de la UNER, en vinculación con el INTA. Al momento de iniciar ese posgrado, trabajaba como docente en la Colonia Merou. Allí estuve en funciones más de una década. Era de las que caminaba todos los días hasta la escuela, los 8 kilómetros con 100 metros. Ir y volver cada día entre 2005 y 2016. Para mí esos diez años y medio fueron una experiencia muy enriquecedora. Después, por los circuitos propios del sistema escolar pasé a otras funciones dentro del campo educativo. Cuando cursaba el posgrado, sobre todo cuando son maestrías, uno concluye su formación con una tesis de posgrado que implica una investigación en territorio. De modo que tomé la escuela en el territorio en el cual me estaba desempeñando laboralmente. Si bien yo era profesora de la escuela secundaria, para mi investigación me enfoqué en la primaria, que está al lado. Me interesaba poder comprender los procesos que se dan en el currículum a lo largo de los años y cómo esto se vincula con el desarrollo territorial del lugar.
-¿Cuáles son las cuestiones más relevantes y específicas que surgen de todo este trabajo?
-Mi trabajo se basó en un registro etnográfico. Ese fue el enfoque, lo cual le imprimió un caracter cualitativo. Lo novedoso, el aporte que surge de este trabajo es justamente poder comprender los procesos que se dan en más de 70 años, en la población del lugar. Un período que comienza a partir de que en 1938, cuando surge la escuela pública allí. Me interesaba indagar los modos a través de los cuales la población se vinculó con la institución, generando un lazo en el cual podemos observar el desarrollo de los sujetos que allí habitan. En el libro podemos ver cómo los primeros alumnos, entre las décadas del 40 y el 60, aprendían el castellano en la escuela. En ese sentido, qué mejor lugar que la escuela pública para generar ciudadanía. Y la ciudadanía en ese caso se dio de un modo muy importante porque aprender el idioma y los símbolos patrios era un núcleo de lo que es la ciudadanía, el apropiarse de ciertos símbolos y rituales. A partir de aprender el idioma; los primeros conocimientos que brinda una escuela primaria; de un currículum y una política educativa propia de esta provincia, es que surge el primer maestro que nació en ese lugar. El pide ser becado y lo logra en la presidencia de (Juan Domingo) Perón, que le ofrece esta oportunidad. Esta persona estudia en la escuela Alberdi, y se recibe de maestro rural. Es muy emotivo el relato -que incluyo en el libro- en que cuenta cómo venían sus padres en carro hasta la escuela para asistir a la graduación de su hijo. El maestro era Alberto Weiss quien al terminar sus estudios, en los primeros años de la década del 70, regresó como maestro rural a su comunidad. El era personal único, es decir maestro y director. Estuvo varios años trabajando allí, haciendo un trabajo con la comunidad muy interesante en cuanto a que ofrecía no sólo en lo educativo específicamente, sino en cuestiones sociales, comunitarias, sanitarias. Su hija, que también es nacida en la misma comunidad, fue alumna de él, estudió posteriormente de maestra y, como su padre, regresó a la escuela de Colonia Merou, de donde es oriunda, para ejercer también la profesión docente y jubilarse como directora.
CLAVES
-Al pensar su libro como un aporte a la tarea docente ¿Qué puntos clave pone en relieve?
-Me interesa señalar dos claves para pensar la praxis pedagógica, además de invitarnos a hacernos nuevas preguntas sobre lo que sucede en el aula. La primera es el vínculo que existe entre el currículum de la escuela y lo que pasa en el territorio. La segunda el trabajo del pluriaño y de multiaño en primaria, y en secundaria, junto con el multinivel, que es una modalidad muy particular de la ruralidad. La pregunta es ¿cómo se va trabajando esto a lo largo de los años? Una cuestión en ese sentido es que antes, los alumnos tenían que aprender el castellano. Hoy hablamos del aprendizaje de lengua extranjera como materia, o de preparar a los chicos para cuando ingresan al secundario, que ya cursan lengua extranjera. Entonces ¿cómo va cambiando a lo largo de los años la currícula? Y, también ¿Qué aportes genera esa modificación para el desarrollo de ese actor territorial? Muchos chicos de esa escuela siguen en la escuela secundaria en la misma comunidad. Y algunos se quedan en el lugar. Entonces, esa relación también nos lleva a preguntar: desde aquella escuela que nace en 1938 a la escuela de hoy, ¿cómo ha ido cambiando el curriculum? ¿Cómo se ha pensado y repensado la vida escolar? Y ese aporte que antes hacía la escuela ¿lo sigue haciendo hoy? Actuamente con la inteligencia artificial, con las tecnologías de información y comunicación, con las redes y los dispositivos móviles ¿cómo se enseña y se promueve todo esto en las zonas rurales? Es decir analizar la llegada y el uso de internet en la escuela rural, y cómo se trabajan otras didácticas en las aulas de lo que llamamos la patria profunda.
TRAYECTORIA
-Elizabeth ¿Cuántos años de trayectoria docente tiene? y ¿cuánto tiempo insumió la realización de esta investigación y la edición del libro?
-Tengo 19 años de antigüedad trabajando en la ruralidad. Soy hija de campesinos. Mi padre y mi madretambién fueron a escuelas rurales. Durante diez años y medio trabajé en el colegio secundario de Colonia Merou.
El tiempo que me insumió realizar la investigación que doy a conocer en este libro fue un poco más del que les llevó a otros compañeros de la maestría. Fueron varios años, hasta que se dio por aprobado este proceso. Precisamente, a raíz de los aportes que me hizo el jurado evaluador es que reflexioné y tomé la iniciativa. Siguiendo los pasos de mis directores de tesis me animé a compartir este trabajo más allá de una biblioteca universitaria. Decidí hacerla a través de un libro, entonces me contacté con Editorial y eso me llevó dos años más.
-¿Dónde nació y en qué instituto se formó para prepararse para la docencia?
-Nací en Crespo, en el barrio San José, que antes se conocía como aldea San José. Hice la escuela primaria y la secundaria en el Colegio Sagrado Corazón, en esa ciudad. Estudié en Paraná profesora de Filosofía, que es mi título de base. Luego estudié una licenciatura en la UADER y finalmente todo este proceso ha tenido su broche de oro haciendo la maestría en la UNER. Por eso levanto las banderas y agradezco profundamente a la universidad pública, laica y gratuita. En nuestra provincia, gracias a Dios, tenemos una muy buena universidad como es la UNER, entre otras también muy destacables como es UADER, la UTN. Es decir, que la universidad pública es el espacio privilegiado que tenemos para poder pensar, repensar, aprender y comprender lo que nos sucede.
GARANTIZAR DERECHOS
-Un aspecto para pensar en el marco de su formación en Desarrollo y Educación Rural es considerar los procesos de poblamiento o despoblamiento. En ese sentido, a la luz de lo que usted está planteando ¿Cuál es la situación actual?
-Podemos ver que la matrícula de la población infantil propia de Colonia Merou ha disminuido. Sin embargo, mantiene aún matrícula interesante porque llegan chicos de localidades rurales vecinas o de la ciudad de Crespo, por ejemplo, que está a 20 kilómetros. Hay familias que optan por mandar a sus hijos a una escuela rural por las características que esta tiene. Y eso también nos invita a pensar qué está pasando en las zonas urbanas. Hay otras investigaciones en este sentido. En este caso, simplemente ponemos sobre la mesa para pensar, repensar, preguntar y repreguntar algunos aspectos a lo largo de la historia el currículum de la escuela a través de las distintas generaciones. Y en este punto me interesa destacar que mi libro plasma el fruto de las entrevistas que se hicieron a tres generaciones: de los abuelos, la de los padres y la de los nietos que fueron a la misma escuela. Con eso podemos observar, comprender cómo se ha vivenciado la escuela en la familia y las implicancias que esto tuvo en la vida, allí en ese lugar. Y quiero acotar algo que me parece muy importante: la escuela pública es el centro de la vida comunitaria, porque ahí se enseña, se aprende, se celebra, se juega. Ahí pasa la vida social, la vida comunitaria. Son esos espacios donde el Estado se hace presente de una manera muy especial. Si la escuela rural no está presente, el Estado está ausente, porque no hay otras instituciones públicas. Por eso considero que es el espacio donde Estado y sociedad se unen para garantizar los derechos inalienables de las infancias en las zonas alejadas del radio urbano. Y cuando una escuela se cierra y se hace tapera, es un pueblo al que se le abandonan sus sueños y oportunidades de crecimiento. Por eso, hablar de desarrollo territorial es también hablar de escolarización y de formación ciudadana, porque ahí se da de un modo especial ese nudo, ese lazo entre la tarea docente y la familia.