Mi Reino por un Caballo es una fundación de la ciudad de Paraná, que se dedica al rescate, recuperación y adopción de los caballos, víctimas del maltrato. Está integrada por jóvenes voluntarios, que desinteresadamente trabajan por el bienestar de los equinos.
Desde hace diez años, un grupo de jóvenes voluntarios se unieron y comenzaron a organizar una fundación para rescatar caballos, víctimas de maltrato, en su gran mayoría por la tracción a sangre en Paraná. Actualmente, también se ocupan de los equinos abandonados, malheridos y desnutridos que se observan en la capital provincial. Todos los días dedican horas de su vida al trabajo en pos de los equinos, tratando de recuperarlos, brindándoles cuidados, atención veterinaria, alimentación, amor y todo lo que sea necesario. Luego, convocan a los interesados e inician un proceso de adopción responsable para tratar de darles una vida mejor a los animales. Desde la fundación aseguran que el trabajo que realizan es posible, gracias al aporte de la comunidad. Para conocer detalles de la labor de la ONG, BIEN! dialogó con Celeste Giorgio, voluntaria fundadora, quien afirmó que “falta decisión política, que el Estado haga su parte en el proceso de eliminación de la tracción a sangre”.
Falta decisión política, que el Estado haga su parte en el proceso de eliminación de la tracción a sangre
—¿Cómo nace el amor por los caballos?
—A primera vista, es imposible no enamorarse de un caballo y no sentir la necesidad de ayudarlo cuando lo ves en una situación desafortunada. Particularmente, mi amor por ellos nació allá por el 2013, cuando hacía trabajo voluntario junto con otra proteccionista en un barrio de extrema necesidad de la ciudad de Paraná. Nos ocupábamos todas las semanas de los perros y gatos, hasta que un día nos llamaron por un caballo que por un accidente había perdido su casco. Ese caballo hoy todavía nos acompaña en la fundación, se llama Antares y es el más antiguo del Reino.
—¿Cuándo, cómo y por qué surge Mi Reino por un Caballo?
—Paralelamente, por la misma época otro grupo de proteccionistas comenzaron a interesarse en la temática equina de la ciudad y a mantener reuniones y charlas con la agrupación, que en ese entonces se dedicaba a ellos. Fui invitada a unirme por quien hoy es la presidenta de la fundación, Jésica Gillij, surgieron algunos rescates y comenzamos el camino para obtener la personería jurídica, que finalmente conseguimos en 2015, pero aún no contábamos con lugar propio ni demasiados recursos hasta que ese mismo año un particular que luego se unió como voluntario, nos ofreció de manera gratuita el que fue nuestro primer predio de recuperación.
—¿A qué se dedican?
—Mi Reino se dedica al rescate, recuperación y posterior adopción de caballos. Nuestro trabajo comienza en el lugar de secuestro del animal o bien cuando ya ingresan a nuestro predio, depende la procedencia y situación. Se realiza una evaluación inicial del estado y se empieza con el tratamiento que indique el médico veterinario. Una vez que el animal recibe el alta médica, se inicia el proceso de adopción
—¿Cuáles son los caballos que rescatan?
—En su mayoría, son caballos, víctimas de la tracción a sangre, no importa cuál sea su procedencia. Pero también hemos tenido casos de todo tipo, caballos utilizados para actividades mal llamadas “deportivas” que han sido descartados por lesiones irrecuperables o muy costosas de tratar, caballos cedidos por los propietarios, otros del campo, etc.
—¿Todos los caballos que están sueltos por la ciudad pueden ser rescatados?
—Si todos los involucrados actúan correctamente desde un principio, sí. Tanto el denunciante como la autoridad competente deben conocer cómo es el procedimiento.
Para denunciar
—En la actualidad, en la ciudad se ven muchísimos caballos maltratados, ¿cómo se denuncia?
—Si el animal está herido, si lo están maltratando o si presenta signos de haber sido maltratado, si está demasiado flaco, si el carro está sobrecargado, se debe llamar al 911 y brindar datos precisos, como calle, altura y seguir el carro o permanecer en las cercanías hasta que se haga presente el personal policial. Una vez allí, debe exigirse la presencia del veterinario perito para que evalúe el estado del caballo y determine o no su secuestro. También se puede llamar al área de Control Urbano de la Municipalidad para proceder al secuestro por Ordenanza. Pero muchas veces estas dependencias no saben cómo actuar. Nos ha pasado que la policía dice que no es competencia de ellos, o no saben qué tienen que hacer, cuál es el procedimiento con el veterinario perito. También pasa que los vecinos llaman al 911 y si no se brinda la ubicación precisa o se hace un seguimiento del carro, la policía no va.
—A pesar de la legislación nacional contra el maltrato animal, ordenanzas municipales contra la tracción a sangre seguimos viendo caballos en los carros, ¿qué está faltando para terminar con esto?
—Básicamente, decisión política, que el Estado haga su parte en el proceso de eliminación de la tracción a sangre y que nos brinde las herramientas necesarias a las ONG para continuar con nuestra tarea.
—¿Qué rol cumple el municipio, la justicia y la policía en la prevención y el rescate?
—Un rol fundamental, ya que nosotros no tenemos el poder de realizar secuestros, sino que trabajamos en conjunto con las autoridades judiciales o municipales.
—¿Qué se hace con los caballos rescatados? ¿Tiene un cupo de caballos Mi reino? ¿Qué pasa con los animales con lesiones crónicas?
—Una vez recuperados los caballos rescatados se dan en adopción. En cuanto al cupo, se renueva a medida que vamos dando en adopción, lo cual lleva un tiempo considerable. Los caballos con lesiones crónicas permanecen con nosotros toda la vida.
Adopciones
Los caballos rescatados, luego de su rehabilitación son dados en adopción para brindarles una vida sana, libre y digna.
—¿Cómo seleccionan a los adoptantes?
—Los adoptantes deben cumplir con una serie de requisitos, como contar con espacio propio de por lo menos una hectárea, debidamente cercado, con acceso a agua y pastura, y debe vivir gente en el lugar. Además, es fundamental disponer de los recursos económicos suficientes para brindarle al caballo la atención veterinaria correspondiente. Los mismos no pueden ser utilizados para ningún tipo de trabajo ni ser montados o usados para reproducción. Se debe permitir el seguimiento y las visitas de parte de la fundación.
Situaciones difíciles
—Un trabajo que no es sencillo y que también los debe enfrentar a situaciones difíciles con los dueños de los caballos…
—Sí, hemos tenido que enfrentar situaciones de violencia en muchas oportunidades, agresiones tanto verbales como físicas.
—¿Cuáles fueron los casos más difíciles de tratar? ¿Tuvieron algún hecho de violencia contra ustedes por rescatar un caballo?
—Hemos tenido muchos casos difíciles, el más reciente fue el de una yegua con prolapso de útero. Debido a lo crítico de su estado, hicimos guardias de 24 horas por casi dos semanas.
Los voluntarios
En la actualidad, Mi Reino por un Caballo está integrada por 35 voluntarios. “Nos ocupamos de la alimentación, curaciones y tratamientos indicados por los veterinarios, limpieza del predio y sobre todo de darles mucho amor a nuestros queridos grandotes”, destacó Celeste.
—¿Cómo es la organización interna para el cuidado de los caballos?
—Nos organizamos en dos turnos diarios, de dos personas en cada uno. Son dos turnos, que van desde las 8 de la mañana hasta las 20, aproximadamente.
Aportes y donaciones
—¿Cómo se sostienen económicamente para afrontar gastos de alimentos, veterinarios, insumos, alquiler, entre otras cuestiones?
—Además del aporte económico y donaciones de la gente, mes a mes organizamos ventas u eventos de distinta índole con el fin de recaudar fondos. También tenemos un convenio con el municipio mediante el cual nos proveen el alimento (fardos de alfalfa) y algo de insumos veterinarios.
—¿Reciben ayuda de la comunidad?
—Sí, la ayuda de la gente es la base de la Fundación, sin su aporte no podríamos subsistir.
—¿Qué están necesitando en estos momentos?
—Además de ayuda económica, nos pueden contactar para donar insumos: algodón, gasas, guantes de látex, alcohol, iodo povidona, sachet de solución fisiológica, cinta adhesiva de papel y de tela, jeringas de 10 ml y de 20 ml, ovatas, vendas elásticas.
Nuevos miembros
Con respecto a la incorporación de nuevos voluntarios, indicó: “Estamos en permanente búsqueda de nuevos voluntarios. No es necesario contar con experiencia en el manejo de caballos, nos encargamos de enseñar todo desde cero. El aspirante a voluntario debe ser mayor de 18 años, contar en lo posible con movilidad propia y disponer de cuatro horas semanales en un turno fijo asignado, más otro turno un domingo al mes. Pedimos sobre todo, constancia, responsabilidad y compromiso con el turno asignado”.
—¿Qué significa ser madrina/padrino de un caballo de Mi reino? ¿Cómo sumarse?
—El padrino/madrina se compromete a realizar un aporte económico mensual a nombre de uno de nuestros rescatados, el que la persona elija para amadrinar/apadrinar. Para sumarse sólo deben ponerse en contacto con nosotros mediante nuestras redes sociales.
Normativa
La Ordenanza Municipal de Paraná N° 9537 tiene como objetivo principal la erradicación de la tracción a sangre en la ciudad. Esta práctica se refiere al uso de animales, como caballos y mulas, para tirar de carros o vehículos pesados en las calles, lo cual plantea preocupaciones éticas y de bienestar animal, así como problemas de seguridad y orden urbano. Además, tiene validez la ley nacional N° 14346 de “Malos tratos y actos de crueldad a los animales”, que penaliza determinadas conductas que impliquen un exceso o se configure algún supuesto de maltrato.